- Publicar
y compartir con perfiles públicos de internet contenido que pueda perjudicar,
avergonzar o humillar a la persona. El contenido pueden ser imágenes
reales o formateadas, datos personales, opiniones, expresiones, etc.
- Suplantar
a la víctima en webs o redes sociales, creando un perfil falso con el
nombre y fotografías de la persona. Los perfiles suelen editarse con
contenido negativo o humillante para, como en el caso anterior, avergonzar
o ultrajar a la víctima.
- Utilizar
perfiles como el anteriormente descrito para añadirlo en webs destinadas a
la mofa o ridiculización. Un ejemplo habitual suele ser dar de alta
perfiles de la víctima en webs donde se trata de votar a la persona más
fea, tonta, patosa, etc. Posterior se divulga el perfil con
el objetivo de que lo vea la mayor cantidad de personas posible.
- Utilizar
los perfiles falsos de la víctima para escribir en primera persona a modo
de confesiones sobre determinados acontecimientos, siempre con un
discurso humillante. Las temáticas suelen ser sexuales, personales,
anécdotas satíricas, etc.
- Hablar
con la víctima directamente a través de chats o aplicaciones de correo
instantáneo como Whatsapp, enviándole mensajes
amenazantes, reiterativos y frecuentes, con el objetivo de molestarle
o intimidarle.
lunes, 5 de noviembre de 2018
LAS 05 MANIFESTACIONES MÁS USUALES DE AGRESIÓN POR INTERNET
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